Siempre hay que tener pruebas de lo que se comunica. Las pruebas deben ser precisas y basarse en metodologías científicas ampliamente reconocidas. La metodología adecuada depende del tipo de afirmación que quieras hacer. Por ejemplo, si quiero comunicar una sola característica, como el porcentaje de material reciclado de mi producto, podría remitirme, por ejemplo, a la norma ISO 14021; o si quiero una comunicación más creíble, podría optar por una certificación de terceros sobre esta cuestión (por ejemplo, Second Life Plastic). Si quiero comunicar que mi producto tiene un impacto medioambiental reducido o es ecológico/verde, tendré que tener pruebas de «excelencia reconocida en el comportamiento medioambiental», es decir, de conformidad con el Reglamento (CE) nº 66/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo (etiqueta ecológica), con un sistema nacional o regional de ecoetiquetado de tipo I conforme a la norma EN ISO 14024, reconocido oficialmente en los Estados miembros, o de conformidad con el mejor comportamiento medioambiental de acuerdo con otras disposiciones aplicables del Derecho de la Unión.
Última modificación el 10/01/2025