Los envases pueden eliminarse en recogida selectiva, ya sean reciclables o no en el estado de las tecnologías actuales, sin perjuicio de las buenas normas de calidad de recogida selectiva (en primer lugar la posibilidad de vaciar siempre el embalaje de su contenido). De hecho, gracias al sistema CONAI – Supply Chain Consortia, los embalajes que pueden ser enviados y reciclados seguirán ese flujo específico; los demás se valorizarán en todo caso con valorización energética.
La evaluación de la reciclabilidad del embalaje es una de las informaciones adicionales que la empresa puede optar por pegar en el embalaje, pero no tiene en cuenta la información relativa a la entrega del embalaje.
La única excepción a esta regla se refiere a los envases compuestos (y / o con componentes de diferentes materiales que no se pueden separar manualmente) con predominio de papel, con un porcentaje de material celulósico inferior al 60% del peso total, porcentaje que compromete la reciclabilidad del embalaje, anulándolo, con obvias consecuencias de impacto ambiental. De hecho, en el proceso de reciclaje, 100 kg de estos envases producen más de 85 kg de residuos secos y casi 150 kg de residuos húmedos para ser eliminados en vertederos, después de haber consumido agua y electricidad. Al tratarse por tanto de envases no reciclables con papel y cartón, la invitación a las empresas que los producen y utilizan es a sugerir en la etiqueta la entrega en recogida indiferenciada, con el fin de minimizar el impacto ambiental ligado a la gestión de su fin de vida. En estos casos, indique al consumidor que entregue el embalaje en una colección sin clasificar.
Última modificación el 14/12/2021